He pensado poner en lugar de madera, suelo laminado ya que aguanta más los arañazos y golpes y además no sufre dilataciones.
Elige el tipo de madera para tu suelo exterior
Madera de pino tratada en autoclave. Es la más económica de todas las maderas naturales. Es semidura y muy ligera (kg/m3). La encontrarás en su tono natural o tintada, con acabado liso y también estriado o ranurado para aumentar su capacidad antideslizante.
Conviene que estén tratadas en autoclave para mejorar su resistencia al clima y los ataques de microorganismos, termitas e insectos de la madera. Es necesario aplicarle un protector específico dos veces al año.
Puedes elegir el formato entre baldosas o lamas. Algunos modelos incorporan una base plástica que facilita el montaje mediante un sistema de clics.
Maderas tropicales. Las maderas exóticas que se utilizan en exteriores son el ipé, bangkirai tratada en autoclave, pucté o Santa María. Ofrecen una gran variedad de tonalidades y texturas y un aspecto cálido, elegante y de gran valor estético. Son de mayor calidad, más densas, duras y resistentes al clima que la de pino, y resisten el paso de los años sin perder belleza, siempre que se les proporcionen los cuidados precisos. No obstante, conviene tratarlas con aceite o un protector especial al comienzo del invierno y el verano.
Puedes escoger entre lamas o baldosas con acabado liso o ranurado, con o sin base plástica, y con o sin sistema de ensamblaje por clics.
Los suelos de madera en lamas se instalan sobre travesaños o rastreles. Tienen la ventaja de que se encajan sobre grapas o clic inoxidables y permiten conseguir superficies muy uniformes, sin que se vean uniones o cabezas de tornillos. Además, impiden que se cuelen objetos entre las lamas, ya que una buena colocación no deja resquicios entre las piezas. Se pueden desmontar fácilmente si necesitas hacer cualquier trabajo bajo la tarima.
Antes de comenzar el montaje, debes comprobar que el terreno es plano, duro y estable. Si vas a instalar el suelo en un terreno de tierra o hierba, debes cubrirlo con una capa de arena de 5 cm y colocar una malla antihierba para evitar humedades y malos herbajes. En este caso, el suelo lo montaremos sobre una superficie de hormigón.
Sea cual sea el tipo de terreno, hay que garantizar que el suelo tiene una pendiente de entre el 1% y el 5% necesaria para la caída del agua.
Prepara la base cortando los travesaños de las medidas correctas, recuerda que siempre conviene medir dos veces, y colócalos sobre la superficie en la misma dirección de la caída del agua o pendiente. Presenta toda la estructura de travesaños antes de atornillarlos al suelo para confirmar si su distribución es correcta. Recuerda disponer los travesaños en sentido perpendicular al de las lamas. Si te decantas por colocar baldosas cuadradas deja una separación suficiente entre uno y otro travesaño para poder apoyar posteriormente la baldosa.
A continuación, debes instalar la primera lama.
Si la tarima es exenta, es decir, si no limita contra una pared o borde, deberás atornillar primero un perfil de remate, al que deberás acoplar la primera lama. Si, en cambio, existe una pared o borde puedes instalar directamente la primera lama arrimada a él.
A partir de la primera lama debes ir instalando una a una el resto. Primero atornilla sobre los travesaños las grapas o sistema de clics para encajar cada lama por ambos lados. Puedes ayudarte de un martillo de cabeza de nailon para encajar el perfil a los clics sin dañar la madera y también de un cordel para asegurar que todos los tornillos quedan perfectamente alineados.
Si la superficie a cubrir es muy larga y tienes que instalar dos o más lamas en cada fila, procura que las juntas no coincidan en las siguientes hileras, así lograrás una estructura más firme. Para colocar desde la segunda baldosa en adelante, deja un espacio de 5 mm entre las losetas para garantizar la ventilación. En el caso de las baldosas, puedes colocarlas contrapeadas de manera que sus lamas queden cruzadas.
Es frecuente que la última lama deba encajarse en un hueco más pequeño que ella, o incluso en ángulo. Para cortarla a la medida, mide con un metro el hueco disponible de extremo a extremo y traslada la medición a la lama marcando la línea de corte. Después secciónala con una sierra de calar para madera. Para serrar con más precisión y seguridad, puedes sujetar la lama a una mesa de trabajo con un sargento. También puedes ayudarte de una palanca de pata de cabra para encajar esa última lama si va emplazada junto a una pared.
Finalmente, corta a medida los perfiles de remate para cubrir los bordes exentos de la tarima: debes tener en cuenta la altura final que es la suma del travesaño con la lama o baldosa. Preséntalos en su posición y practica unos agujeros de guía para atornillarlos a los travesaños de la base con los tirafondos.
Instala baldosas de madera con base plástica
Las baldosas de madera con base plástica permiten una instalación todavía más sencilla porque no necesitan una estructura de rastreles o travesaños. Su base plástica no solo facilita una unión perfecta entre baldosas, sino que además garantiza el drenaje del agua. Por ello también pueden instalarse sobre suelos de tierra o arenosos siempre que estén bien nivelados y compactados.
Sitúalas directamente sobre la base y encaja unas a otras mediante el sistema de clics incorporados, tanto en los cuatro lados como en dos o tres si son las baldosas para esquinas o bordes. Algunos modelos incorporan piezas de remate para los cantos de la tarima Puedes cortar fácilmente las baldosas para bordes con una sierra de calar, si necesitas ajustarlas a un espacio inferior a su medida junto a un borde o una pared. Para hacerlo, solo tienes que medir el hueco entre la última baldosa y el borde o pared. A continuación, traslada la medida a la baldosa que necesitas encajar, marcando con una regla y un rotulador la línea de corte entre los dos puntos extremos. Con una sierra de calar, que incorpore hoja para madera, podrás hacer un corte limpio y preciso. Una vez instaladas, las baldosas quedan fijas, inamovibles y son fáciles de desmontar si quieres cambiar de modelo o hacer algún tipo de obra.
Herramientas
Taladro atornillador eléctrico
Broca de 8 mm para pared
Portapuntas y puntas
Sierra de calar
Hoja para madera
Martillo
Inclinómetro digital o nivel
Rodillo
Cubeta
Acuchilladora
Lijadora u orillera
Materiales
Rastreles de 50 x 40 mm
Tarima de madera maciza
Adhesivo de montaje
Clavos de 3 x 40 mm
Imprimación tapaporos al agua
Barniz para suelos al agua
Tacos de 8 mm
Tirafondos de 5 x 100 mm
Paso a paso para colocar una tarima
Paso 1
Comenzaremos el trabajo comprobando que el suelo está a nivel.
Paso 2
Colocaremos la primera hilera de rastreles en paralelo a la pared y a unos 10 cm de ésta. Para fijar las piezas de madera al suelo haremos unos agujeros con una broca que perfore la madera y el hormigón; comenzaremos a perforar sin percusión hasta atravesar la madera.
Paso 3
A continuación, introducimos unos tacos y unos tirafondos de modo que los rastreles queden fijados al suelo. Para que entre el taco, golpearemos con un martillo y embutiremos el tirafondo con el atornillador.
Paso 4
Luego, colocamos el resto de las hileras de rastreles dejando un margen de dilatación en los extremos. Comprobamos que están a nivel.
Paso 5
Reforzamos la zona de paso de la puerta de entrada y colocamos un segundo nivel de rastreles sobre las piezas que ya tenemos puestas
Paso 6
Una vez colocados los rastreles, vamos a instalar la tarima. Comenzaremos desde el margen derecho de la pared maestra de la habitación, que es la que se encuentra al fondo si miramos desde la puerta. Utilizando adhesivo de montaje, fijaremos la primera lama con la hembra hacia la pared. Para mantener la misma junta de dilatación en todo momento, pondremos unas cuñas entre la pared y las lamas.
Paso 7
Sujetaremos las lamas a los rastreles con unos clavos, un martillo y un botador para embutir las cabezas de las puntas.
Paso 8
Iremos cortando las piezas de tarima a la medida que necesitemos para cubrir la superficie. En estas tareas emplearemos la sierra de calar y una hoja para madera.
Paso 9
Avanzamos en la colocación de la tarima, machihembrando las lamas y evitando que las uniones de las piezas coincidan. De esta forma conseguiremos que el suelo sea más sólido.
Paso 10
Para colocar la última hilera de lamas hemos procedido de la siguiente manera: cortamos las piezas a la medida del hueco que queda; retiramos el macho y cortamos uno de los solapes de la hembra. Encajamos las piezas en el hueco y las fijamos con adhesivo de montaje. Llegados a este punto, colocamos también el zócalo cortando los extremos de unión de las piezas en ángulo de 45º. Las fijamos con adhesivo de montaje.
Paso 11
El siguiente trabajo consiste en acuchillar el suelo o lijar la madera. Como se trata de una superficie grande utilizaremos una acuchilladora, que podréis alquilar, y que no es más que una lijadora de banda grande. Colocaremos primero una hoja de lija
grano grueso y, después, una de grano fino para conseguir un buen acabado.
Paso 12
Para las zonas de unión o de difícil acceso utilizaremos una orillera o una lijadora de mano.
Paso 13
Retiramos el polvo que se haya producido al lijar con el aspirador y aplicamos un barniz tapaporos al agua. Recortaremos los ángulos con una brocha y el resto de la superficie la pintaremos con un rodillo y un mango