Los grifos se pueden clasificar en función de su instalación (sobre la encimera o en la pared), según su sistema de apertura, según el caño, y en función del material con el que estén hechos porque hay un mundo más allá del acero inoxidable.
Si hay algo que vas a usar cada día sí o sí en tu cocina es el fregadero. Ya sea para coger un vaso de agua, fregar los platos o enjuagar una bayeta. Por eso hay muchos detalles que debes cuidar en su elección, como el tamaño del que dispones para ubicarlo y si necesitas que sea muy grande o más pequeño, con o sin escurridor, etc.
También hay diferentes tipos de fregaderos según su ubicación: sobre la encimera, al ras, por debajo o tipo faldón.
Y por supuesto los materiales son otra de las claves de una buena elección. El material predominantes es el acero inoxidable pero en realidad hay fregaderos de piedra natural, de cristal y de resina.
Tipos de fregaderos
A la hora de instalar fregaderos, es importante tener en cuenta el material de tu encimera para saber la forma de colocación de tu fregadero. Existen varios tipos que podrás encontrar disponibles en las tiendas especializadas
Bajo encimera: la encimera monta ligeramente sobre las aristas del fregadero, quedando este debajo. Utilizados sobre todo con encimeras de piedra
Sobre encimera: si sitúan directamente sobre la encimera, con el orificio apropiado para la válvula y desagüe.
De encastrar: es el más habitual. Para encastrar fregaderos de encimera hay que insertar el fregadero dentro del hueco hecho a medida en la encimera, quedando las alas unidas a la encimera con una junta de estanqueidad.
Coloca el fregadero . Para encastrar el fregadero de encimera, comprueba que el seno encaja en el hueco del mueble antes de hacer la instalación. Coloca en el perímetro exterior la junta de estanqueidad si la tiene, si no, extiende cordón de silicona transparente para garantizar la estanqueidad.
. Instala el fregadero ya de manera definitiva en el hueco de la encimera y céntralo. Presiona ligeramente si aplicaste silicona. Limpia rápidamente si se sobra por las juntas.
Para poner fregadero bajo encimera, comprueba que no hay huecos visibles y que la base del fregadero apoya en todas las partes por igual. Coloca y aprieta las grapas de sujeción con el destornillador.
Coloca la junta de estanqueidad y la boca de la válvula del fregadero desde el seno del mismo.
Por debajo del sanitario presenta en su posición la válvula, sin dejar de sujetarla.
Atornilla fuertemente las dos partes con el tornillo pasador y el destornillador, normalmente de punta plana.
Si el seno del fregadero tiene rebosadero, hay que fijar también con la junta de estanqueidad la tubería que va a la válvula de desagüe. Preséntalo y atornilla desde el interior.
Pon el grifo
Enrosca los latiguillos para el agua fría y el agua caliente en la base del grifo. Hazlo con la mano y después de manera ligera con una llave fija o una inglesa pequeña. No hace falta colocar juntas, incluidas en el dispositivo.
Enrosca también el tornillo o los tornillos (vástago roscado), según el modelo de grifo. Termina de apretarlo en la ranura de la cabeza con un destornillador de punta plana.
Mete a continuación los latiguillos por el orificio del grifo de la encimera o fregadero. Como truco, puedes meter primero la rosca de uno y después la del otro, para que quepan.
Trabaja ahora bajo la encimera y fregadero. Inserta la junta de estanqueidad y la arandela metálica de apriete entre la tuerca y los latiguillos. Presiona con la mano hacia arriba hasta que haga tope.
Mete la o las tuercas de apriete en el vástago roscado o tornillo y aprieta con la mano. Termina de apretar con una llave de tubo, usualmente de 12 mm. Atornilla los latiguillos a las llaves de corte.
Coloca el sifón
El sifón es imprescindible para evitar malos olores de la instalación, ya que la cocina no suele llevar bote sifónico. Los modelos más comunes son articulados y con forma sifónica unidos en sus juntas con juntas tóricas que, con la presión garantizan la estanqueidad.
Para colocarlo, enróscalo a la salida de la válvula y acóplalo a la salida del desagüe, normalmente a la pared.
Aprieta todas las juntas girando siempre a la derecha.
Cómo escoger el fregadero de cocina perfecto
FREGADEROS DE PORCELANA
Lo primero que hemos de tener en cuenta a la hora de elegir el fregadero es el estilo. Los de porcelana inglesa son un clásico muy de moda. Son piezas compactas, cuyo frontal visto proporciona un look elegante a la cocina, tanto a aquellas que tienen una estética actual y urbana como a las más clásicas.
MATERIALES SINTÉTICOS
Resultan muy cómodos porque no se tienen que limpiar constantemente para eliminar los restos de cal. Además, ofrecen la posibilidad de realizarse en la misma encimera, eliminando molestas juntas. De Silestone, Corian o Silgranit, un componente muy resistente de la firma Blanco. El Silgranit está compuesto en un 80% de granito natural, combinado con una matriz acrílica que es lo que le confiere esa textura parecida a la piedra pero sedosa al tacto. Se encuentra disponible en un montón de colores diferentes.
FREGADEROS DE PIEDRA NATURAL
Los modelos más comunes de esta categoría se fabrican en granito o mármol, de una pieza. Su dureza es extraordinaria, su belleza indiscutible, pero se deben mantener cuidados especiales para que se conserve bien, ya que al ser de un material natural, puede desgastarse con el uso.
DE MÁRMOL MACAEL PULIDO
Al igual que los modelos sintéticos, realizados a base de resinas con cargas minerales como el cuarzo, los fregaderos de mármol se pueden fabricar de una pieza junto a la encimera, prescindiendo de juntas. Este tipo de piezas también se ven sobre encimera, un tipo de instalación que veremos más adelante. Sus vetas son únicas.
EL ACERO INOXIDABLE
Es el material más utilizado en su fabricación, debido a sus excelentes prestaciones de resistencia, duración, higiene y facilidad de limpieza. Los hay en acabados pulidos o matizados, tanto para instalar bajo la encimera como enrasados. Los más espectaculares son los que forman una superficie continua con la bancada de trabajo, o tipo abrevadero,
¿UNA CUBETA O DOS?
Aunque los de dos senos siguen siendo los más habituales, su elección debe realizarse en función del uso que se le dará y del espacio disponible ya que los hay de muchos tamaños y formas diferentes. El de una cubeta está indicado para cocinas pequeñas con lavavajillas.
UNA SOLA CUBETA REDONDA EN INOX
Puede ser la solución para cocinas muy pequeñas. Su forma circular aprovecha bien la superficie sin ocupar mucho espacio. Si lo acompañas de una grifería de caño extensible, alargarás sus posibilidades.
SENO Y MEDIO
En viviendas con lavavajillas, en las que la capacidad del fregadero no es tan importante, se puede optar por un modelo de seno y medio, en los que la cubeta convencional se completa con otra más pequeña, a menudo equipada con accesorios como escurridores o tablas de corte que encajan a modo de tapa para poder ser usada como mesa de trabajo.
FREGADERO CON DOS SENOS
Es la opción más convencional, por su funcionalidad. Ideales para muebles estándar de 90 cm de profundidad, tienen unas medidas de aproximadamente 75 cm de largo x 40 cm de ancho. Su diseño propicia el lavado en una cubeta y el aclarado en la otra.
¿INSTALACIÓN SOBRE ENCIMERA, AL MISMO NIVEL O ENCASTRADA?
La primera opción, que ilustra esta cubeta cuadrada de mármol sobre una encimera de madera, hace que se vea todo el cuerpo del fregadero. Este tipo de colocación se aconseja cuando la pieza es especial y deseas resaltarla.
COLOCACIÓN ENRASADA
Es el método más habitual y visto en la cocina: el montaje superior. El especialista coloca y fija el fregadero en el recorte de la encimera preparado. Idóneo para modelos de acero inoxidable de una pieza como este.
SENOS ENCASTRADOS
En la instalación encastrada el fregadero se monta sin escalonamientos, por debajo de la encimera. Este tipo de instalación realza especialmente las encimeras, por ejemplo, de piedra natural.
DE UNA PIEZA
Los módulos de fregado, por último, se montan como una sola unidad, lo que evita que tenga que realizarse el hueco de la encimera. Los expertos aconsejan dejar al menos 40 cm libres a cada lado del fregadero para poder trabajar con comodidad.
¿DÓNDE ES MEJOR PONERLO?
Sin duda, si tienes una ventana, ubica la zona de aguas debajo para poder disfrutar de luz y vistas mientras se trabaja. Eso sí, hay que prever el alcance de su apertura para que la grifería del fregadero no obstaculice. En espacios reducidos, una ventana corredera puede ser la solución. Otra opción para estos casos son las griferías abatibles, que se pueden bajar hasta el nivel del fregadero cuando no se están usando.
PROPICIA EL TRIÁNGULO DE TRABAJO
Colocando el fregadero donde puedas trazas líneas de acción hacia las zonas de almacenaje y cocción. Cuanto más proporcionado sea este triángulo imaginario, más funcional resultará la cocina, razón por la que cada vez se opta más por ubicar el fregadero y la zona de preparación en una isla central o península.
DOS ZONAS DE AGUAS DIFERENCIADAS
Si tienes espacio de sobra, es verdaderamente útil. Una de ellas puede destinarse al lavado de los platos y la otra funcionar como apoyo en el área de preparación de alimentos. Esta última se dispone generalmente en posición central para acortar los desplazamientos. Si sois más de uno a la hora de preparar la comida o la cena, lo agradeceréis.
CREA UNA ZONA DE AGUAS COMPLETA
La forma más cómoda es agrupar en una misma zona los distintos equipamientos que requieran toma de agua, como el lavavajillas e incluso la lavadora.
TODO A MANO
Para obtener una zona de aguas completa, lo mejor es contar con un mueble bajo el fregadero perfectamente compartimentado, para tener bien guardados los utensilios necesarios para limpiar y fregar.
ACCESORIOS MUY ÚTILES
Cubetas y escurridores que se adaptan al ancho de la cubeta, tablas de madera para cortar anexas, un surtidor empotrado para el jabón friegaplatos... Serás complementos que harán de tu fregadero una zona de trabajo 100% funcional.
SU COMPAÑERA FIEL
La elección de la grifería dependerá del tamaño del fregadero y del uso que se vaya a hacer de ella. Así, por ejemplo, en fregaderos pequeños, es mejor elegir una de caño no muy alto, para evitar salpicaduras. Los modelos monomando, que pueden accionarse con un solo dedo, y preferiblemente con caño extraíble, son los más versátiles.
MATERIALES Y COLORES PARA TODOS LOS GUSTOS
La elección de materiales para el fregadero es realmente amplia. Por ejemplo, el acero inoxidable, clásico y atemporal, puede integrarse en cualquier ambiente de cocina como prácticamente ningún otro material. En general, el acero inoxidable es higiénico, resistente y convence por su gran brillo. Su único inconveniente son las manchas de cal que se generan en su superficie. Además, su mantenimiento es más pesado y necesita lavarse a menudo con un producto específico. La ventaja es que hay modelos para todos los gustos, de muy diversos tamaños y combinaciones.