Con el final del verano, es momento de poner a salvo nuestro mobiliario de jardín. Nuestro objetivo será preservarlo para que, en la próxima temporada, podamos disfrutar de él sin ningún sobresalto y centrándonos, únicamente, en esos cuidados de los muebles de jardín que ya se han convertido en rutina previa al verano. Para ello, para poder disfrutarlos tal y como estaban la última vez que los usamos, es imprescindible elegir correctamente las fundas para muebles de jardín. Un auténtico aliado para que, incluso con la climatología invernal, estos elementos no sufran.
Sin embargo, determinar qué fundas para muebles de jardín son las adecuadas para nosotros pasa por un pequeño ejercicio de análisis. Algo que, de hacerlo, no solo nos garantizará que las fundas cumplan con su función sino que, además, nos permitirá alargar su vida útil. Y es que es importante saber que ni todas las fundas son ideales para todos los climas, ni los muebles de jardín tienen las mismas necesidades de protección según el material en que estén fabricados.
Así, nada como saber qué ventajas tienen las distintas fundas para muebles de jardín para elegir la más adecuada para nosotros.
FUNDAS PARA MUEBLES DE JARDÍN: ELEGIR ENTRE POLIÉSTER Y POLIETILENO
Una de las primeras dudas que solemos tener cuando nos planteamos comprar fundas para muebles de jardín es cuál es el material más apropiado. Sin lugar a dudas, hoy es posible optar por algunos de los más resistentes fabricados con mezclas plásticas. Un hecho que ha dejado en desuso ese habitual gesto de cubrir los muebles de jardín con fundas improvisadas de fibras naturales (como, por ejemplo, una sábana o una manta) que, dadas sus características, no eran una gran ayuda a nivel de protección.
Por eso, hoy lo más habitual es encontrar dos tipos de materiales en las fundas para muebles de jardín: el polietileno y el poliéster. Dos fantásticos aliados sintéticos para proteger cualquier objeto y de los que, a pesar de contar con importantes puntos en común, también hay que conocer sus diferencias. Serán estas, precisamente, las que nos hagan tomar la decisión definitiva de cuáles son las fundas para muebles de jardín ideales para nosotros:
Fundas de muebles de jardín de poliéster
El poliéster es, por méritos propios, uno de los materiales más utilizados para protección de exterior. Este sintético no permite el paso de las radiaciones UV (algo que lo convierte en el compañero ideal de los muebles de jardín de madera) y, además, es totalmente impermeable. Además, el poliéster tiene un carácter transpirable por lo que nuevamente es el material idóneo para proteger la madera (gracias a él y a pesar de estar a cubierto, podrá respirar la humedad propia del invierno sin condensaciones que puedan pudrirla).
Si este material es ideal para la madera, también lo es para muebles de jardín de fibras naturales.
Fundas de muebles de jardín de polietileno
Además de ser ligeras, las fundas de muebles de jardín de polietileno presentan fundamentalmente dos atractivos: no absorben apenas agua y presentan una buena resistencia a químicos (como, por ejemplo, el cloro). Sin embargo, es importante conocer su punto débil: su resistencia al sol es media. Un aspecto que, realmente, no tiene que ser un inconveniente, sino más bien una advertencia de que, si nuestras fundas de muebles de jardín están fabricadas en este material, es conveniente no exponerlas al sol.
LAS BARBACOAS TAMBIÉN NECESITAN FUNDA
Cuando buscamos fundas de muebles de jardín, solemos pensar fundamentalmente en lo que en nuestra mente entra en esa catalogación: mesas, sillas, tumbonas e, incluso, sombrillas.
Sin embargo, en este recuento de qué necesitamos proteger se nos suelen olvidar la estrella del jardín en verano: la barbacoa. Un elemento que, aunque en líneas generales presenta una gran resistencia, hay que proteger también de las inclemencias propias del tiempo del invierno. Así, y gracias a las fundas, estaremos poniendo a salvo el metal con el que están realizadas muchas de ellas (ahorrándonos la aparición de óxido e, incluso, la rotura de alguna de sus piezas).
Consejos a la hora de elegir fundas para muebles de jardín
Primero de todo, es muy importante tener en cuenta de qué tipo de mueble se trata y dónde está ubicado. Dependiendo de estos factores, buscaremos el tipo de funda protectora que mejor llevará a cabo su función.
Recuerda que, aunque guardes tus muebles en un cobertizo o garaje, siguen necesitando una protección adecuada debido a la humedad, la suciedad y el polvo.
Puede que estos elementos no sean factores tan críticos como el agua o el hielo pero agreden y envejecen los muebles a largo plazo.
1. Material de la funda protectora
El material de la funda protectora es un elemento básico a tener en cuenta.
Opta por fundas sintéticas, ya que las naturales se estropean antes y son porosas. Las fabricadas con poliéster o polietileno son más resistentes, impermeables y, además, reciclables.
Fíjate también en las costuras del tejido y elige las que lleven pespuntes o costuras tipo tapping, y asegúrate que el tejido incorpore un tratamiento o tecnología antibacteriana, antifúngica y anti algas.
Si por alguna razón cubres tus muebles con una funda plástica, asegúrate de que sea sólo una protección temporal, ya que a largo plazo no sería efectiva.
2. Material de los muebles del jardín
Otro elemento importante es el material con el que están fabricados los muebles de jardín.
Si son de madera de teca, y aunque se trata de un material muy resistente, necesitarás una funda protectora para preservar su color original. Otra recomendación sería barnizarlos cada año con aceite de teca.
Los fabricados con aluminio o acero inoxidable pueden permanecer a la intemperie, ya que no se oxidan, sin embargo, es recomendable protegerlos en invierno, y sobre todo los tresillos de jardín, con una funda adecuada. Para su cuidado y limpieza solo necesitarás agua jabonosa.
El mobiliario de resina lisa o trenzada es muy práctico por ser resistente a los rayos U.V, a la lluvia, hielo y a la decoloración.
No podemos olvidar que, actualmente en el mercado, existen fundas inteligentes a la vanguardia del diseño que cuentan con elementos para asegurar la protección y facilitar su uso. Por ejemplo, puedes adquirir fundas con sistemas de aireación, que evitan la condensación del aire y, por lo tanto, la aparición de hongos y moho, proporcionando aire seco y sano.
Por su parte, muchas marcas complementan sus fundas con cordones o bandas elásticas ofreciendo una protección eficaz, ya éstas se instalan y adaptan perfectamente al mobiliario fijándose y impidiendo que el viento las desplace.
También, han ido surgiendo complementos elevadores o los denominados sistemas Pop Up. Los primeros evitan la humedad por capilaridad, y los segundos, elevan la funda permitiendo que el aire circule y evitan el estancamiento de agua.
Otro complemento interesante son las de asa que facilitan la instalación y el ajuste de las fundas a los muebles, garantizando una protección perfecta, además de ayudar en el momento de retirarlas.
Pensando en las sombrillas o parasoles, incluso, existen fundas con cremallera en toda su longitud que evita que nos tengamos que subir a una silla y corramos riesgos innecesarios a la hora de colocarla.
El mantenimiento de las fundas sintéticas es muy sencillo. Únicamente necesitarás lavarlas con agua y jabón neutro con la ayuda de una esponja o un paño suave tras su uso. Sécalas, dóblalas y ya estarán listas para el siguiente uso.
¿Sabías que las marcas más innovadoras incluso proporcionan una funda para resguardar la propia funda?
Si este material es ideal para la madera, también lo es para muebles de jardín de fibras naturales.
Por eso, hoy lo más habitual es encontrar dos tipos de materiales en las fundas para muebles de jardín: el polietileno y el poliéster. Dos fantásticos aliados sintéticos para proteger cualquier objeto y de los que, a pesar de contar con importantes puntos en común, también hay que conocer sus diferencias. Serán estas, precisamente, las que nos hagan tomar la decisión definitiva de cuáles son las fundas para muebles de jardín ideales para nosotros:
Fundas de muebles de jardín de polietileno
Además de ser ligeras, las fundas de muebles de jardín de polietileno presentan fundamentalmente dos atractivos: no absorben apenas agua y presentan una buena resistencia a químicos (como, por ejemplo, el cloro). Sin embargo, es importante conocer su punto débil: su resistencia al sol es media. Un aspecto que, realmente, no tiene que ser un inconveniente, sino más bien una advertencia de que, si nuestras fundas de muebles de jardín están fabricadas en este material, es conveniente no exponerlas al sol.
El poliéster es, por méritos propios, uno de los materiales más utilizados para protección de exterior. Este sintético no permite el paso de las radiaciones UV (algo que lo convierte en el compañero ideal de los muebles de jardín de madera) y, además, es totalmente impermeable. Además, el poliéster tiene un carácter transpirable por lo que nuevamente es el material idóneo para proteger la madera (gracias a él y a pesar de estar a cubierto, podrá respirar la humedad propia del invierno sin condensaciones que puedan pudrirla).
Una de las primeras dudas que solemos tener cuando nos planteamos comprar fundas para muebles de jardín es cuál es el material más apropiado. Sin lugar a dudas, hoy es posible optar por algunos de los más resistentes fabricados con mezclas plásticas. Un hecho que ha dejado en desuso ese habitual gesto de cubrir los muebles de jardín con fundas improvisadas de fibras naturales (como, por ejemplo, una sábana o una manta) que, dadas sus características, no eran una gran ayuda a nivel de protección.