Planifica los espacios Uno de los principales errores a la hora de iluminar una habitación es no tener en cuenta las diferentes ocupaciones que entraña o que nos gustaría llevar a cabo. Por eso, tu primer paso debe pasar inexorablemente por analizar la habitación, el espacio y sus usos. Una vez hecho esto, podrás diseñar diferentes zonas y rincones que, correctamente iluminados, te permitirán disfrutar de cada habitación de una manera mucho más rica e intensa. Así, a golpe de interruptor y como si se tratase de un hermoso caleidoscopio, tu salón podrá cambiar por completo para convertirse en una tranquila sala de lectura o en un cálido lugar en el que conversar, una mesa de desayunos en el perfecto lugar donde organizar una cena, o un pequeño dormitorio en una resuelta y completa sala de estudios.
¿Luz cálida o luz fría?
En iluminación, como en la mayoría de las cosas, la importancia radica en los detalles. ¿Cuántas veces no hemos entrado a una casa y nos hemos sentido como en la fría sala de espera de un consultorio médico? Y es aquí donde el factor de la “temperatura” o “color” de la luz juega un papel esencial. Porque ya puedes contar con el más rico y elaborado diseño de iluminación para tu hogar, que algo aparentemente tan nimio como elegir la bombilla incorrecta logrará llevarlo al traste. Es entonces cuando surge la duda: ¿Luz cálida o luz fría? Pues depende, como veíamos, del espacio y su uso. Por regla general, para los rincones de lectura, las mesas de trabajo, cocina, baños —sobre todo en la zona del espejo— y la mesas de comedor, se recomienda el uso de luces frías que no desvirtúen los colores; mientras que para crear la iluminación ambiental de las habitaciones, lo más habitual es recurrir a la utilización de una luz cálida mucho más amable y acogedora.
Mejor con luz indirecta
Si el uso en exceso de una luz fría puede convertir tu casa en la consulta del dentista, nada como situar mal un foco de luz para hacer de ella el escenario perfecto de un interrogatorio de película. Y es que no hay peor idea para iluminar una estancia que situar un único punto de luz en su centro. Lo único que conseguirás así será generar incomodas sombras. Como solución, lo mejor es diseñar un sistema de iluminación compuesto por diferentes puntos de luz, capaz de crear una confortable luz indirecta y tamizada. La mayoría de estos diseños hacen uso del falso techo para ocultar las luminarias, pero otras posibles soluciones serían desplazar la línea de focos hacia los laterales, haciendo que la luz termine por bañar verticalmente un paramento para que actúe a modo de pantalla, o buscar los apliques adecuados de techo y pared que se encarguen de proyectar esa luz difusa.
Pásate a las luces LED
Cuando aparecieron los LED tenían dos grandes inconvenientes: su elevado precio y su “temperatura” excesivamente fría. Con el paso de los años esas desventajas han desaparecido, y si su precio ha pasado a ser más que asequible, también pueden encontrarse ya en toda una gama completa de temperaturas y adaptadas a cualquier tipo de luminarias. Pero estos nuevos atractivos no consiguen hacer sombra a su principal ventaja, que sigue siendo sin duda una eficiencia energética que hará reducir tu factura de la luz de manera más que considerable.
Lámparas de mesa y lámparas de pie: tu mejor recurso.
Toda habitación debe contar con un circuito de iluminación general capaz de iluminarla por completo. Estos sistemas no solamente van asociados a un mayor número de luminarias, y al consecuente incremento de la factura de la luz, sino que lo más probable es que también consigan iluminar excesivamente la habitación para determinados usos. Por esa razón, uno de los mejores recursos a los que puedes acogerte es a crear una ambientación paralela, mucho más sutil, a base de pequeños puntos de luz formados por lámparas de pie y de mesa. Con ellas no solamente lograrás cambiar por completo las sensaciones que te provoque una habitación, sino reducir el precio de tu factura —no es lo mismo encender una lámpara de mesa que seis focos de techo—, y contar con una serie de piezas que, ya sean clásicas, minimalistas, de estilo industrial o de inspiración años 50 o 60, darán carácter y personalizarán las estancias de tu casa tanto de día como de noche.
Para potenciar la luz de tu casa te recomiendo usar colores claros como el blanco. Este color es idóneo para crear sensación de luminosidad en tu hogar porque refleja la mayor parte de la luz que le llega. Pero también tonalidades claras de algún azul, verde o incluso beige.
Aliada de la arquitectura
La iluminación es de gran ayuda si se desea resaltar la volumetría y las líneas arquitectónicas, ya sea en el interior o en el exterior de la casa. En la imagen superior, la escalera de madera en zigzag se ha subrayado gracias a la línea luminosa que resigue todo su perfil en la parte exterior, resaltando a la vez la separación de niveles y ambiente
Integrada
El desarrollo de la tecnología LED ha aportado más riqueza al proyecto de iluminación ya que su diminuto tamaño facilita su integración en las superficies. Con ella se puede iluminar y delimitar ambientes sin recargar el espacio con lámparas.
Ambiental
Genera una atmósfera agradable en la habitación, pero no es la principal fuente de luz. Aunque no tenga una función concreta, una iluminación tenue ayuda a crear un buen ambiente y contribuye a suavizar el contraste entre una zona iluminada y otra oscura.
A escala
La dimensión de las luminarias ha de estar en armonía con las dimensiones del espacio. Con este objetivo, Marset fabrica la lámpara colgante Soho, diseño de Joan Gaspar, en tres tamaños: 38 cm para superficies pequeñas y 57 y 112 cm para grandes espacios.
Acogedora
Si las paredes y techo son blancos y los muebles de madera clara, con lámparas ricas en radiaciones rojas del espectro observaríamos un aumento de coloración de los muebles hacia el marrón y un tono amarillento en las paredes, ofreciendo un ambiente acogedor.
Expansiva
Por regla general, las luces que se proyectan desde el techo elevan la mirada hacia arriba, lo que proporciona sensación de altura. Si la falta de metros es acuciante lo mejor es olvidarse de las lámparas de pie y apostar por focos, plafones y apliques.
Combinada
La clave para que una habitación sea acogedora y funcional está en la combinación de tres tipos de iluminación: general, ambiental y funcional. Lo ideal es alternar diferentes luminarias en varios puntos de la estancia para equilibrar el ambiente.
Uniforme y localizada
En las zonas de estar se puede recurrir a una fuente lumínica que proporcione una luz uniforme con un carácter localizado y flexible, que se concentre donde se necesita. En la imagen anterior se ha optado por esta solución con ayuda de la lámpara colgante North, diseñada por Arik Levy para Vibia, formada por la pantalla tradicional suspendida de una fina estructura de fibra de carbono.
Socializante
Para favorecer la convivencia a través de la luz será más conveniente una iluminación homogénea, que no propicie la creación de rincones o áreas privadas y también sea relativamente intensa de forma que permita a cada persona percibir la globalidad del espacio.
Focalizada
Una luz focalizada ayuda a conseguir un ambiente íntimo. Esta percepción puede ser reforzada con luminarias de baja intensidad y una disposición heterogénea, de manera que sea la luz que emiten la que cree espacios dentro del propio espacio.
Flexible
En todas las estancias es siempre mejor que la iluminación sea flexible, que esté formada por varias fuentes de luz. Pero en el baño esta flexibilidad es imprescindible para ahorrar energía, encendiendo una sola luz para cada actividad y apagando el resto.
Lectora
Poder dirigir la luz hacia el libro es importante para no forzar la vista. Arriba, la lámpara Aro, de Jordi Blasi para Estiluz, concebida como un foco de luz adaptable que permite orientar suavemente la cabeza de la lámpara para una iluminación puntual.
General
Es la iluminación básica en cada estancia. Su objetivo es crear una luz uniforme y sin sombras en toda la habitación. Se soluciona con lámparas o plafones situados en el techo o con luces ascendentes que sirven para orientarnos y ver toda la estancia.
Puntual
Un foco, dirigible o fijo, situado estratégicamente consigue destacar un objeto de decoración o una obra de arte en una estancia, resaltando poderosamente su forma y textura para que dirijamos nuestra mirada hacia él y podamos apreciarlo en su justa medida.
Segura
Una forma de iluminar el recorrido de una escalera de manera sutil y sin incomodar la vista es colocar lámparas empotradas en la parte baja del muro. Si las luces brindan la visibilidad suficiente bastará con colocar una cada tres o cuatro escalones.
Sutil y ligera
Si se proyecta la luz de forma sutil se crea un ambiente íntimo y relajado, idóneo para las charlas de sobremesa. La lámpara Pluma, diseñada por Nahtrang para la firma Faro Barcelona, se fabrica con aluminio acabado en negro-dorado y se regula en altura gracias a que incorpora un tensor de metro y medio. Cae del techo con ligereza y proyecta la luz a través de una rendija vertical.
Exterior
Para iluminar las zonas de paso en el exterior es recomendable utilizar sensores de movimiento para que se enciendan solo unos minutos cuando alguien pasa. De esta manera no solo se ahorra energía, sino que pueden ser de ayuda para alejar intrusos.
Regulable
La regulación de intensidad ofrece la doble ventaja del ahorro energético y la posibilidad de recrear varios ambientes de iluminación a partir de una sola luminaria. La luz emitida por los focos LED sí puede regularse, solo que no todos los focos tienen esta adaptación.
Neo retro
La flexibilidad de la tecnología LED permite su adaptación incluso a lámparas de estilo retro, como la gama DimTone, de Philips, o la colección Vintage Edition 1906, de Osram, inspiradas en el diseño de las bombillas de filamento de toda la vida.
Biodinámica
La luz no solo sirve para ver: afecta a la fisiología, el reposo, el bienestar o las capacidades cognitivas. Por eso, cada vez cobra más importancia el concepto de iluminación biodinámica, aquella que produce estímulos neurofisiológicos similares a la luz del sol.
Estimulante
Conocer las propiedades de cada fuente de luz nos ayudará a elegir las lámparas más adecuadas para cada situación. Los expertos recomiendan utilizar luces blancas de espectro total o incluso enriquecidas en azul durante el día para estimular la actividad.
Orientable
El foco Zenit, de Beneito Faure, proporciona una luz orientable que permite iluminar la zona que se desea, en este caso la pared y el suelo, para crear el tipo de iluminación acorde con las necesidades. Zenit tiene un ángulo de luz concentrado, pero sirve para la iluminación general si se añaden varios puntos de luz.
Relajante
Al llegar la noche, las luces blancas de espectro total deben ser sustituidas por luces cálidas de menor intensidad y que carezcan de azules en su espectro para favorecer el descanso y contribuir, de esta manera, a nuestro bienestar físico y psíquico.
Conectada
El control domótico de las luminarias es cada vez más intuitivo y sencillo gracias a las nuevas soluciones gestionadas desde el smartphone. Con ellas se pueden programar encendidos, crear atmósferas, supervisar el consumo energético...